Gabriela Muñoz
gmunoz@telegarfo.com.ec
El cambio climático es una de las mayores amenazas que enfrentamos en los últimos años, en el agro los ciclos climáticos alterados afectan la programación de las siembras, mientras que las fuertes lluvias y las sequías prolongadas están provocando la pérdida de grandes superficies cultivables. En las ciudades la realidad es igual de preocupante, la alteración de la atmósfera es una fuente de alarma en más de un país.
La Convención Marco de Cambio Climático define a este fenómeno como cualquier cambio atribuido directa o indirectamente a la acción humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad climática natural observada durante períodos de tiempo comparables.
Según el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático del 2007, la principal causa del calentamiento global son las concentraciones de dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero.
Si bien, América Latina es responsable apenas del 4.3 % de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, el 48.3% de las mismas proviene de la tala de bosques y del mal uso de la tierra (Panel Intergubernamental Cambio Climático 2007), cerrar los ojos frente a este problema y esperar a que los países industrializados cambien, para empezar a generar respuestas ante la degradación de los bosques, es eludir una responsabilidad que nos corresponde a todos.
“Causas del calentamiento global son las concentraciones de dióxido de carbono...”
Si los países industrializados no han asumido su deber de reducir cerca del 80% de las emisiones de carbono que generan a nivel mundial, los países en desarrollo sí podemos y debemos empezar a hacer algo. Asumir esta responsabilidad cerraría la boca a quienes afirman que nuestros países no son capaces de proteger sus recursos naturales y que bajo este argumento buscan el control de dichos recursos.
En los últimos años, a través del Protocolo de Kyoto, se incorporaron algunas iniciativas de reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero relacionadas con la deforestación y degradación de bosques, como son las iniciativas de mercado voluntario de proyectos de deforestación evitada y el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) cuya finalidad es capturar el Carbono de la atmósfera mediante la plantación y/o siembra de árboles. Estos instrumentos han generado más de una duda sobre su efectividad y enfoque, tal es así que al momento solo se ha registrado una iniciativa de aplicación de MDL. Aún así, es importante reconocer que estos instrumentos han sido el primer paso hacia la incorporación de un criterio fundamental para evitar la deforestación y degradación de los bosques: los incentivos y/ compensaciones para la conservación.
Pero, tan importante como la compensación a las comunidades que evitan la deforestación, son los mecanismos para canalizar esas compensaciones hacia actividades alternativas que ofrezcan un medio de vida digno y sustentable a las comunidades. En Ecuador ya existen varias iniciativas que están generando resultados positivos y que merecen atención.
viernes, 22 de agosto de 2008
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