miércoles, 27 de agosto de 2008

FAPAS denuncia el alza de envenenamientos de la fauna salvaje


León, 27 ago (EFE).- El crecimiento de los ataques de osos a los colmenares está incrementando en los últimos meses una práctica que había entrado en declive años atrás: la de los envenenamientos, afirmó a EFE Roberto Hartasánchez, Presidente del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes, FAPAS.
Esta organización conservacionista, activa en toda la Cordillera Cantábrica, divulgó hoy un mapa referido a la zona osera oriental -nordeste de León, norte de Palencia y sur de Cantabria y Asturias- en el que se detectan los puntos donde se han registrado en el 2008 ataques a colmenares y colocación de venenos.

En el mapa se registran dieciséis ataques a colmenares, la mayor parte en el entorno del sur del embalse de Riaño(León), y noroeste de la montaña palentina, y diez casos de envenenamientos, prácticamente todos al sur de Riaño.

Roberto Hartasánchez dijo que el problema es muy candente: "hoy mismo hemos tenido noticia de otros puntos de colocación de venenos, y del hallazgo de un zorro muerto, previsiblemente por envenenamiento, en el norte de Palencia"

El problema -según el dirigente conservacionista- afecta básicamente a la Comunidad de Castilla y León.

"En Asturias se pagan los daños a colmenares en 30 a 40 días; en Castilla y León la burocracia hace interminable el proceso; es cuestión de años... eso provoca una situación de enfrentamiento que detectamos sobre todo en el ámbito osero oriental, donde tan solo quedan 25 o 30 osos".

Pero el problema del envenenamiento no se debe sólo a los ataques de los osos a los colmenares; otras especies como el lobo han incrementado su presión sobre las zonas ganaderas.

"El lobo -dijo- es una especie que estaba de forma permanente en la Cordillera Cantábrica, pero que ha avanzado recuperando territorios que había dejado, como la cara norte de los Picos de Europa o la Sierra de Cuera, ya muy próxima a la costa de Llanes, en Asturias".

La organización conservacionista FAPAS, divulgó hoy un comunicado denunciando que el aumento de los daños de los osos los colmenares de la Cordillera Cantábrica, después de la aplicación del Reglamento Europeo que obliga a la retirada de cadáveres de animales domésticos del medio natural, "está creando un profundo malestar entre los apicultores de las zonas oseras de Castilla y León".

"Históricamente -dice la nota- las mayores muertes de osos siempre se han producido en los colmenares, ya que el hábito de los osos a volver a comer de las colmenas una vez que han entrado en un colmenar, propicia la muerte de estos animales", que caen víctimas de trampas o venenos.

FAPAS advierte que mientras los osos del núcleo occidental se recuperan, en parte merced al apoyo conservacionista en el ámbito asturiano, no ocurre lo mismo en el ámbito osero oriental donde los plantigrados son una "especie más amenazada y en inminente riesgo de extinción" por falta de medidas conservacionistas.

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